En nuestra comunidad y en nuestra nación, la educación debería servir como un gran ecualizador. Nuestras escuelas deberían permitir que los estudiantes, sin importar su estatus socioeconómico, alcancen la grandeza y el potencial que tienen dentro. Sin embargo, si nuestras escuelas quieren alcanzar este punto, entonces el sistema escolar debe ser diseñado dentro del contexto de las restricciones de nuestra sociedad. Los efectos del racismo, discriminación y pobreza sistémica son una realidad de nuestra nación, nuestras escuelas están conectadas a estos problemas. En nuestro sistema educativo actual hay una diferencia en el desempeño de los estudiantes de bajos ingresos y sus compañeros de ingresos más altos. Muchos líderes se refieren a esto como la “brecha de logros”, pero este término no menciona como esta diferencia ha aparecido. Es más apropiado ver esto no como una brecha sino como una “deuda educacional”, una que se ha acumulado a lo largo de los años. Años en los que estudiantes y personas de comunidades desfavorecidas han sido descuidadas y discriminadas, el tener acceso a menos recursos ha llevado a esta diferencia en desempeño. Ahora es responsabilidad de nuestro sistema educativo pagar esta “deuda”, empezando por proporcionar un apoyo mejorado a estudiantes de bajos ingresos. Mejorando el acceso a información sobre college e igualando el acceso a recursos podemos alcanzar la verdadera equidad de nuestro condado. Nuestra visión para el sistema educativo es de exclusividad y equidad y debemos comenzar por asegurarnos que las personas más vulnerables sean dados los recursos que necesitan para alcanzar su potencial completo.