La conexión entre escuelas y cárceles es uno de los problemas más urgentes que enfrenta nuestro sistema educativo. Nuestra definición de la seguridad no puede basarse sólo en reaccionar a las situaciones mientras se desarrollan; más bien, deben de ser proactivo en prevenir el desarrollo de las situaciones peligrosas. El aumento de la presencia policial en las escuelas no garantiza que los estudiantes se sientan más seguros; de hecho, hay evidencia que sugiere que la tendencia actual de incrementar Oficiales de Recursos Escolares (School Resource Officers) es que crea un ambiente escolar menos inclusivo. Mientras la dedicación de Oficiales de Recursos Escolares (School Resource Officers) a nuestras escuelas es importante y apreciado, como distrito, es nuestra responsabilidad balancear tanto lo físico como el bienestar psicológico de nuestros estudiantes. La “seguridad” no es simplemente castigar a los estudiantes por comportamiento inapropiado, es la falta de ese comportamiento desde el principio. Nuestra meta debería ser usar medidas preventivas, como el aprendizaje socioemocional y visitas con el consejero, para asegurar que no se desarrollen problemas en el que se necesite acciones policiales. Nuestras escuelas deben ser diseñadas para garantizar la seguridad del estudiante, y eso significa promover relaciones cercanas entre profesores y alumnos que permitan la identificación temprana de posibles problemas. Además, un aumento en la disponibilidad de los recursos de salud mental y consejeros permitirá que los estudiantes puedan abordar sus preocupaciones y recibir la ayuda que necesiten. Promoviendo un ambiente de inclusividad en nuestras escuelas, podemos evitar el comportamiento asociado con la exclusión social. Además, promoviendo un sentido de comunidad dentro de nuestras escuelas, podemos ayudar a que nuestros estudiantes se sientan seguros, sabiendo que están rodeados por personas que realmente se cuidan entre sí. En conjunto con el trabajo de los empleados y consejeros de nuestras escuelas, podemos infundir un sentimiento de confianza en nuestra comunidad que nuestras escuelas son espacios seguros para nuestros estudiantes. Al valorar la prevención sobre el castigo, promoveremos la seguridad verdadera en nuestras escuelas y desmantelaremos la conexión entre las escuelas y cárceles .